Elon Musk, el "salario del siglo" y el mito de los incentivos infinitos


Con un plan de un billón de dólares, Elon Musk se compromete con Tesla durante diez años y aspira a transformarla en un gigante de la inteligencia artificial y la robótica. Pero quizá el verdadero desafío no sea financiero: radica en comprender si el dinero aún puede motivar a quienes parecen tenerlo todo.
Con más del 75% de los votos a favor, los accionistas de Tesla aprobaron un paquete de compensación asombroso para Elon Musk : un plan de 10 años basado en acciones por valor de 1 billón de dólares , condicionado al logro de hitos casi de ciencia ficción. En otras palabras, si Tesla alcanzara una capitalización de mercado de 8,5 billones de dólares, ocho veces su valor actual, Musk podría convertirse en el primer trillonario de la historia .
La presidenta de Tesla, Robyn Denholm, pasó semanas convenciendo a los inversores: «El riesgo de perderlo sería desastroso para Tesla». Esta opinión, compartida por muchos, es que Musk es irremplazable, una fuerza impulsora capaz de llevar a la humanidad hacia la «abundancia sostenible», como él mismo declaró al presentar la nueva declaración de misión de la compañía. Pero para otros, la promesa del billón de dólares es más una apuesta psicológica que económica. Tras los aplausos de los seguidores y las protestas de los críticos subyace una pregunta más profunda: ¿es el incentivo financiero realmente el principal motor del compromiso y la innovación? ¿Trabajará Musk más duro, o más bien, porque puede ganar más? El New York Times , entre otros, se plantea esta cuestión.
El mito de la "zanahoria" infinitaLa lógica detrás de los megasalarios es sencilla: a mayor recompensa, mayor esfuerzo . Es un axioma arraigado en la economía clásica y el lenguaje financiero, pero estudios empíricos han comenzado a cuestionarlo. El Times entrevistó a economistas como Esther Duflo y Abhijit Banerjee, premios Nobel del MIT, quienes argumentan que el impacto de los incentivos monetarios se ha "exagerado con frecuencia". La correlación entre la remuneración de los directores ejecutivos y el desempeño de la empresa, señalan, dista mucho de ser clara. Análisis de cientos de grandes empresas estadounidenses muestran que aquellas con directores ejecutivos con salarios inferiores al promedio han obtenido mejores rendimientos bursátiles que aquellas con líderes sobrepagados .
En ciertos niveles de riqueza, el dinero deja de ser un motor y se convierte en un símbolo. Dan Ariely, economista conductual de la Universidad de Duke, también entrevistado por el periódico neoyorquino, lo resume con una provocativa observación: «Imaginen un día en la vida de Musk si ganara un billón de dólares en lugar de mil millones. ¿Qué haría diferente? ¿Bebería más café? ¿Dormiría menos? ¿O más? En estos niveles, no veo cómo un incentivo económico pueda cambiar realmente el comportamiento».
¿Por qué lo quiere Musk? Quizás, como sugiere el New York Times, no por el dinero en sí, sino por lo que representa: el control. El nuevo plan, de hecho, le garantizaría casi el 29% de las acciones de Tesla, consolidando su posición como líder visionario absoluto y protegiéndolo de posibles rebeliones en la junta directiva o ventas en corto. El propio Musk lo ha dicho claramente: no quiere "construir un ejército de robots" sin tener "una fuerte influencia sobre ese ejército".
Votación de los accionistas: ¿Confianza o miedo?La aprobación del paquete se produjo tras una campaña inusual, casi electoral. Según el Washington Post , Tesla movilizó a importantes fondos —desde BlackRock hasta Vanguard— e incluso a seguidores de la marca, quienes amenazaron con retirar sus inversiones para apoyar a Musk. Denholm admitió haber hablado "sin parar durante dos semanas" para conseguir la aprobación de los inversores. El riesgo era claro: Musk o la incertidumbre. Pero el acuerdo llega en un momento delicado. Tesla se enfrenta a márgenes decrecientes, la competencia china y una reputación empañada por las controversias políticas de su CEO . Sin embargo, los accionistas han optado por apostar por el hombre más rico (y más polémico) del mundo, convencidos de que solo él puede llevar a Tesla más allá de los coches eléctricos, hacia la inteligencia artificial y la robótica. El nuevo plan incluye doce tramos de acciones vinculados a hitos progresivos: por cada aumento de 500.000 millones de dólares en la valoración de mercado, Musk obtendrá un 1% adicional de las acciones. Pero algunos expertos, como Nell Minow de ValueEdge Advisors, advierten: "Es un plan en el que si sale cara, gano yo; si sale cruz, pierdes tú. La junta tiene demasiada discreción para decidir si los objetivos se han alcanzado realmente".
¿Trabajará más?
La pregunta sigue en pie: ¿Realmente Musk trabajará más gracias a esta enorme cantidad de acciones? Todo indica que no. Musk ya es conocido por trabajar jornadas de 80 a 100 horas semanales y por gestionar simultáneamente SpaceX, Twitter, Neuralink y xAI. Es difícil imaginar que un incentivo económico adicional pueda aumentar su productividad o concentración . Y quizás aquí reside la reflexión sobre Musk: este paquete de un billón de dólares no nos revela tanto cuánto ganará Musk, sino cuánto están dispuestos a pagar Tesla —y el mercado— para creer en un hombre que promete reinventar el futuro.
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